Thursday, February 16, 2006

El mes de Hanna Arendt (De 16 Febrero a 15 de Marzo)



Desde Polytika tenemos intención de dedicar cada mes a un personaje que nos resulta interesante desde un punto de vista cultural, político, artístico, etc.

En nuestra opinión es de merecida justicia empezar rindiendo homenaje a esta grandísima politóloga, desgraciadamente no tan conocida para el gran público.

Arendt nació en en 1906 en Königsberg (Alemania), hija de familia judía no practicante.

En la Universidad de Marburg tuvo como profesor de filosofía a Martin Heidegger, con quien tuvo un corto romance. Este romance le ocasionó muchas críticas debido a las simpatías nazis de su amante.

Con la llegada al poder del nacional-socialimo tuvo que exiliarse a París, donde fue capturada, consiguiendo huir de un campo de exterminio.

En 1940, contrajo matrimonio con el poeta y filósofo aleman Heinrich Blücher, con el que emigró a los Estados Unidos al año siguiente, con la ayuda del periodista Varian Fry. Allí ella se convirtió en una activa militante de la comunidad judío-alemana, escribiendo para el semanario Aufbau.

En Estados Unidos paso el resto de sus días convirtiendose en una de las grandes pensadoras en lengua inglesa del Siglo XX, lengua que desconocía antes de su exilio.

Entre sus obras destacan temas variados de ciencia y filosofía política: los totalitarismos, la democracia, la revolución, la condición humana y la vida del espíritu. Destacando notablemente La Condición Humana (1958) donde nos presenta un pensamiento político de una gran fuerza innovadora a partir de la necesidad de una vuelta al paradigma clásico; o Los origenes del totalitarismo (1951), donde intenta buscar las raíces del comunismo y el fascismo, y su vinculación con el antisemitismo. Este libro fue polémico debido a que se comparan dos ideologías que desde la perspectiva erudita eran, por definición, consideradas como opuestas. Contrariamente Arendt analiza la transformación de las clases en masas, el rol de la propaganda en relación con el mundo no totalitario, y el uso del terror, factor esencial de estas formas de gobierno. En una conclusión brillante Arendt analiza la naturaleza del aislamiento y la soledad como precondiciones para la dominación.

Seguiremos durante este mes en varias entradas profundizando un poco más sobre el legado de Hanna Arendt

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